domingo, 22 de mayo de 2011

Características de los ecosistemas representativos de Paraguaná

Paraguaná y sus ecosistemas como espacios educativos para la construcción del conocimiento teórico –práctico en biología:
Características de  los ecosistemas representativos de Paraguaná:
Paraguaná es una notable formación peninsular con una superficie de 3.405 km2, en el estado Falcón, está unida al resto del estado por istmo de médanos y rocas sedimentarias de 28 Km. de longitud aproximadamente, que conforman el Parque Nacional Médanos de Coro. Se trata de una de las cinco penínsulas que existen en el territorio nacional, junto a las de la Guajira, en el estado Zulia, Araya y Paria en Sucre, y Macanao en Nueva Esparta.
La región norte tiene 2.492 Km2, delineados especialmente por las siguientes coordenadas: en la punta más septentrional, sobre el cabo de San Román, el paralelo de latitud norte a 12° 12´; al extremo sur, el paralelo de latitud norte a 11° 31´, que pasa por la punta de Médano Blanco, al este del golfete de Coro; el meridiano que atraviesa el istmo con una longitud occidental de 69° 41´ y por último el meridiano que toca Punta Salinas a 70° 18´ de longitud occidental.
Al norte y al este, limita con las costas del mar territorial de Venezuela, dentro de los límites nacionales en el Mar Caribe, al sur con la región central de Falcón y al oeste sus costas bordean el golfete de Coro y el golfo de Venezuela.
Está dividida política y territorialmente en tres municipios: Carirubana con  una extensión de 684 Km2, Falcón ocupa 1577 Km2 y Los Taques con 231 Km2. Mas del  56 % de este territorio está sin ocupación o asentamiento de poblaciones, representando un ecosistema natural de planicies, llanuras, colinas y montañas que van de 0 a 850 msnm, este ultimo alcanzado por el Cerro de Santa, principal ecosistema y representativo de la península.
El ecosistema de la Península de Paraguaná está determinado por una interesante  combinación de dos ambientes, un paisaje semiárido y las modesta alturas verdosas con delicadas transiciones que lo hacen altamente vulnerable, es por ello que se considera uno de los ecosistemas más frágiles de Venezuela y a la vez encierran un inventario de flora y fauna característico al clima semiárido y a la vez de adaptaciones que contrastan con lo extremo de una baja pluviosidad y una temperatura promedio de 30° centígrados. 
Dentro de esta convergencia de microclimas y espacios naturales, se ubican 3 ecosistemas representativos de Paraguaná, ubicados en el Municipio Falcón, los cuales son desde finales del siglo XX, objeto de constantes estudios y en la actualidad  conforman áreas protegidas bajo el régimen de administración especial, ya que poseen una serie de características y potencialidades ecológicas donde se pueden hacer solo actividades de provecho y conservación del ecosistema, tales como: actividades científico – educativas, ecoturismo y conservación de especie autóctona. Estos espacios naturales son:
1.    RESERVA BIOLÓGICA DE MONTECANO:
Es un invaluable reservorio de la fauna y la flora en la Península de Paraguaná, es una reserva biológica, localizada a quince kilómetros al norte del Cerro Santa Ana, es la única reserva forestal de tierras bajas en la península, y contiene muestras del sesenta y dos por ciento de las especies vegetales del estado Falcón. Fue creada gracias a una donación de 200 hectáreas que cediera la comunidad de San José de Cocodite al Centro de Investigaciones en Ecología y Zonas Áridas (CIEZA) de la Universidad Francisco de Miranda (UNEFM), en el año 1986. Actualmente cuenta con 1800 hectáreas protegidas por la UNEFM, por el Instituto Falconiano para la Investigación y Desarrollo Sustentable de las Zonas Áridas y Costeras (Infalcosta) y por la propia comunidad.
La Dra. Miriam Díaz de Arends, investigadora del CIEZA y Presidenta de Infalcosta, explica en sus diferentes estudios de la zona desde 1985, que la importancia fundamental de Montecano reside en su función de sumidero natural de agua de lluvia, toda vez que los vientos alisios impulsan los bancos de nubes sobre los cerros Santa Ana y Montecano, condensando la humedad que las vertientes naturales de los cerros canalizan con dirección a los acuíferos más profundos, recargando el agua del subsuelo. La vegetación capta la humedad de la zona y la mantiene, propiciando un balance hídrico favorable en la región y creando un microclima único en su tipo en el estado, que sirve de refugio a especies endémicas de flora y fauna, algunas de las cuales son únicas en el mundo.
El cerro Montecano debe su nombre a una planta conocida como "Barba de palo” (Tillandsia usneoides) que sólo se desarrolla en lugares húmedos y se extiende sobre las ramas de los árboles, semejando “canas” de cabello. La barba de palo es tan abundante en la reserva, que llega a construir formaciones similares a túneles.
Para recorrer este bosque seco tropical se ha dispuesto de un sendero ecológico, acondicionado para el disfrute de niños y adultos, cuyo periplo de nueve estaciones se inicia en su paraje más alto: Cero Capuchino y se cubre con una caminata que tarda alrededor de cuarenta minutos, con oportunos descansos estratégicamente ubicados.
El visitante puede hacer contacto directo con especies florales entre las que destacan orquídeas y bromelias, árboles de olivo, semeruco, curarí o araguaney, jobo, cotoperí, ceiba y vera, así como una inmensa variedad de cactáceas como la pitahaya, especie endémica que se encuentra en peligro de extinción.
En épocas del invierno austral, Montecano sirve de refugio para más de 170 especies de pájaros migratorios, además de las 42 especies documentadas que habitan permanentemente la reserva y que incluyen el cardenal rojo o cardenal coriano, el carpintero, la cota (Amazona barbadensis, en peligro de extinción) y diversas variedades de turpiales.
Los reptiles (serpientes y lagartijas) que pueblan Montecano son objeto de estudio científico permanente, por ofrecer material de investigación en medicina, en lo referente a antídotos. Caso particular es el Lepidoblepharis montecanoensis, cuya población mundial se circunscribe a la que habita en la reserva, es la lagartija más pequeña del mundo y sólo alcanza a medir hasta seis centímetros. Otro reptil de gran valía es el exótico lagartijo azul. La reserva también sirve de hábitat a la comadrejita de zonas áridas, así como a la vistosa araña azul, cuya singularidad es objeto de ser observada y estudiada.
Acopladas a la reserva, se encuentran las cuevas de Piedra Honda y el Guano, hogar de más de diez mil murciélagos tropicales. Éstos se subdividen en tres grupos según sus hábitos alimenticios: Los polinívoros, que se alimentan de flores y contribuyen a la reproducción de plantas como el cactus, el araguaney, la lechosa, el melón y la patilla; los insectívoros, que mantienen a Paraguaná libre de plagas; y los frugívoros, que diseminan las semillas de los frutos con que se alimentan, extendiendo la población de especies vegetales.
2.    MONUMENTO NATURAL CERRO DE SANTA ANA:
Es un monumento natural ubicado en el centro de la península de Paraguaná al norte del estado Falcón en jurisdicción de los municipios Falcón y Carirubana, entre las poblaciones de Moruy, Santa Ana y Buena Vista. Cuenta con una superficie de 1900 hectáreas y una altura máxima de 850 msnm. Fue declarado Monumento Natural el 14 de junio de 1972 según decreto Nº 1.005, bajo la protección de INPARQUES. Una de las características más sobresalientes de tan singular estructura es el contraste del majestuoso verdor del cerro con el resto de la Península de Paraguaná. Tiene tres picachos: el Santa Ana (el más alto), Buena Vista y Moruy.
En el ascenso se aprecian progresivos cambios de clima y de vegetación. En las partes bajas predomina un ambiente seco de vegetación xerófita con bosque espinar, mientras que en las partes más altas se desarrolla una vegetación boscosa, con frondosos árboles de 10 a 15 metros de altura, con abundantes epífitas, musgos y líquenes favorecidos por la alta humedad. Su fauna la constituyen predominantemente las aves que viven en la selva húmeda. Entre las que destacan la guacharaca, la pavita hormiguera, el bobito copetón de vientre amarillo, la paraulata montañera, la reinita homera y el azulejo verde viche. En la parte media y baja se encuentran algunos mamíferos, pequeños roedores como el ratón mochilero. También el conejo de monte, la onza y el tigrito o cunaguaro, y algunas especies de serpientes. La cima del Cerro Santa Ana ofrece un impresionante espectáculo; desde allí se divisan al sur la Sierra de Falcón, Santa Ana de Coro y los Médanos de Coro. Cuando no hay mucha bruma pueden verse al norte las islas de Aruba y Curazao.
En el Cerro Santa Ana se han identificado cinco (5) pisos bióticos diferenciados por la vegetación existente:
ü  PRIMER PISO BIÓTICO: ZONA XEROFITA: Constituida, principalmente, por cujíes, tunes, buches y cardones.
ü  SEGUNDO PISO BIÓTICO: ZONA TROPOFITA: Donde existen árboles más altos.
ü  TERCER PISO: SELVA NUBLADA: donde los arboles alcanzan una altura hasta de 15 metros. El suelo es pantanoso y  existe un nivel de humedad más alto.
ü  CUARTO PISO BIÓTICO: MATORRAL ANTILLANO: Predominan arboles más pequeños y arbustos, semejantes al matorral andino.
ü  QUINTO PISO BIÓTICO: VEGETACIÓN ENANA SEUDOPARAMERA: Constituida por plantas pequeñas como helechos.
En el decreto N° 677, mediante el cual se dicta el Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso del Monumento Natural Cerro Santa Ana, se establece la zonificación para su ordenamiento y manejo, identificando cada zona de acuerdo a la singularidad, fragilidad y valor de los recursos naturales existentes en cada espacio que los conforman, respetando las actividades que realizaban hasta la declaración de Monumento Natural. Estas zonas se denominan: zona de protección integral (PI), zona primitiva o silvestre (PS), zona de recuperación integral (RN) y zona de ambiente natural manejado (ANM).
De acuerdo a este decreto, para realizar cualquier actividad en algunos de las zonas, debe solicitar la autorización de la respectiva autoridad de INPARQUES, Las actividades que se pueden aprobar o autorizar en cada zona son las siguientes:
ü  ZONA DE PROTECCIÓN INTEGRAL (PI): Sólo pueden realizarse actividades de investigación científica, pudiendo instalarse temporalmente los elementos que puedan necesitar los investigadores para los fines específicos de sus trabajos de campo. Estas instalaciones no pueden generar impacto sobre el ambiente, ni a los recursos protegidos. También, funcionará el programa de guardería ambiental que involucra todas aquellas actividades rutinarias y especiales de vigilancia. 
ü  ZONA PRIMITIVA O SILVESTRE (PS): Las actividades que pueden autorizarse son: investigaciones científica orientadas a la educación y guardería ambiental, excursionismo (con reducido número de personas) por senderos y trochas especialmente señalados, instalación de señales o carteles informativos y educativos.
ü  ZONA DE RECUPERACIÓN INTEGRAL (RN): Pueden ejecutarse investigaciones científicas, guardería ambiental y programas de recuperación de áreas degradadas, restauración de hábitats y reforestación de especies autóctonas.
ü  ZONA DE AMBIENTE NATURAL MANEJADO (ANM): Se podrán aprobar o autorizar actividades relacionadas con educación ambiental, señalización informativa y educativa, acondicionamiento rustico de senderos (elementos propios del área), guardería ambiental, investigación científica y excursionismo por los senderos especialmente acondicionados.

En este Monumento Natural, se encuentran las nacientes de las quebredas que irrigan la zona y que conforman un importante porcentaje en la red hidrográfica de la Península, entre las cuales se encuentran: Siraba, Varacara, Divacoa, Camarón, Tura, Tapara, Pilancón y Guacurebo.
3.    REFUGIO DE FAUNA SILVESTRE Y RESERVA DE PESCA LAGUNA BOCA DE CAÑO:
Este emblemático ecosistema se encuentra en la costa oriental de la península de Paraguaná, estado Falcón, entre las poblaciones del Supí y Tiraya. Está conformado por una laguna permanente de agua salobre de poca profundidad. El área puede dividirse en tres unidades de paisaje: la comunidad de manglar, el bosque xerófilo y la laguna propiamente dicha. El mangle se extiende hacia los linderos norte y este de la laguna, y se presenta en sucesión natural, siendo la pionera el Mangle Rojo (Rhizophora mangle), luego sigue una franja de Mangle Negro (Avicennia germinans) y, por último, hacia tierra firme, se encuentra el Mangle de Botoncillo (Conocarpus erectus) en una densidad inferior a las otras dos especies.
El monte espinoso tropical comprende dos formaciones vegetales, los espinares y los chaparrales, en donde se pueden encontrar especies como Prosopis juliflora, Jacquinia aciculata, Castilla erecta, Larnairo cereus, Cereus margaritensis, Apuntis caribea, Pereskia guamacho y Caesalpinea coriana. La tercera unidad de paisaje es la laguna propiamente dicha, que constituye un ecotono costero de conexión permanente con el mar. Es un cuerpo de agua somero, con una extensión aproximada de 250 ha. Su profundidad varía entre 30 y 80 cm, presentando un valor máximo de alrededor de 2 m en el sector de la boca, donde se comunica con el mar.
Este Refugio presenta aproximadamente 20 ha de manglar  y constituye, el parche de manglar más importante de la península de Paraguaná. En el área de influencia del Refugio se encuentran centros poblados como Tiraya, El Supí, Santa Rita, Adícora y Buchuaco, caracterizados por presentar una pequeña población residente, cuyas principales actividades económicas son la pesca y la ganadería extensiva, y una población flotante muy numerosa que utiliza la zona en temporadas vacacionales.
Se han registrado 100 especies de aves. De éstas, 37 son migratorias de América del Norte. Las aves acuáticas son el grupo mejor representado, observándose 57 especies, de las cuales el 57% son migratorias boreales. En la laguna se localizó una población de Phoenicopterus ruber que, aparentemente, utiliza el área de manera regular, constituyéndose en una colonia estable.
La Laguna de Boca de Caño fue decretada Refugio de Fauna Silvestre y Reserva de Pesca mediante el Decreto No. 273 el 7 de junio de 1989, publicado en la Gaceta Oficial Extraordinaria No. 4106 (09/06/1989).

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